¿Sabes qué quiere decir curar una sartén? ¿Para qué sirve? La respuesta es simple. La curación de la sartén es un proceso que preferiblemente se realiza antes de su primer uso. Tiene la finalidad de garantizar una mayor durabilidad, mejor antiadherencia y prevenir posibles quemaduras.
Es un procedimiento más sencillo de lo que piensas ya que lo puedes realizar en casa y solo necesitarás unos minutos. Hay varios métodos, por lo que analizaremos las formas más efectivas que existen según el tipo de sartén que tengas.
Qué tener en cuenta antes de curar una sartén
Lo más importante es considerar el tipo de sartén. Es casi inevitable darse cuenta de la gran oferta de sartenes en el mercado, todas con distintos tamaños, funciones y materiales. De hecho, algunas están fabricadas con un solo material, pero otras pueden tener revestimientos antiadherentes.
Podremos ver alternativas de hierro fundido, acero inoxidable, aluminio o acero con revestimientos de cerámica, titanio, teflón, etc. Algunas son más resistentes que otras, se pueden usar para diferentes fines y tienen cuidados particulares. La curación de las sartenes estará condicionada por este factor y sus características.
Ten en cuenta que puedes curar las sartenes incluso si ya las has usado varias veces. De hecho, algunos materiales requieren que repitas el proceso de forma continua para conservar el efecto durante más tiempo.
Cómo curar una sartén nueva: Paso a paso
El proceso de curación se realiza sobre la superficie de la sartén donde cocinas los alimentos, aunque a veces también se lleva a cabo en los bordes.
Es normal que algunos piensen que “curar” significa “reparar”, como si la sartén viniera dañada, pero no. El proceso solo se realiza para mejorar su calidad y duración, algo que también te ayudará a ahorrar dinero.
Cómo curar una sartén de hierro fundido
Como ya sabes, el proceso se realiza según el material de la sartén. Empezaremos con las fabricadas con hierro fundido, un material resistente, famoso por su duración y capacidad de mantener el calor y distribuirlo de manera uniforme. Si quieres saber cómo curar una sartén de hierro fundido, sigue los siguientes pasos para curarla:
- Para empezar, con una servilleta de cocina cubre generosamente la superficie interna y los bordes de la sartén con aceite vegetal.
- Después, lleva al horno a temperatura media durante un tiempo de 30 a 45 minutos. La textura porosa de estas sartenes hará que el aceite se absorba.
- Apaga el horno y espera a que se enfríe antes de sacarlo. Puedes repetir el proceso una vez.
- Si no tienes horno, también puedes realizarlo sobre la cocina: Cubre la superficie interna y los bordes con aceite y lo pones a calor bajo. Después de que se absorba el aceite, retira del fuego y repite 3 o 4 veces.
- Es normal que salga humo de la sartén debido a que el aceite se quema. Por eso, evita las temperaturas altas.
- Después, limpia los restos de aceite que hayan quedado y listo. 1ª curación de la sartén.
Recuerda que en las sartenes de hierro fundido la curación es progresiva, así que tendrás que hacerlo más veces. De hecho, mejora su antiadherencia con el tiempo. Si lo haces 2 o 3 veces al mes ayudarás al proceso de curación.
Cómo curar una sartén de acero inoxidable
Las sartenes de acero inoxidable son conocidas por su capacidad para calentarse rápido e ideales para preparar comidas a la plancha. El proceso es bastante sencillo, como ya vimos en cómo curar una sartén de acero inoxidable. Para curarla, puedes hacer lo siguiente:
- Coloca la sartén en la cocina a fuego máximo.
- Al calentarse bien, añade bastante aceite de girasol o de maíz, hasta la mitad. Si la sartén tiene bordes bajos, solo bastará una cantidad de aceite que cubra el fondo.
- El aceite empezará a humear. Cuando eso ocurra, baja la temperatura de la cocina al mínimo.
- Espera 45 minutos.
- Después, apaga la cocina hasta que se enfríe por completo.
- Retira el aceite de la sartén y limpia los excedentes con una servilleta de cocina.
En las sartenes de acero inoxidable hay que repetir el proceso con mucha más frecuencia. Esto es porque las características químicas del acero inoxidable hacen que la antiadherencia dure poco tiempo.
También hay un truco de curación rápida para cada vez que uses tu sartén de acero inoxidable:
- Pon la sartén en la cocina al máximo de la temperatura y espera a que se caliente por completo. Para asegurarte que es así, puedes chispear unas cuantas gotas de agua. Si se evaporan muy lentamente, es que le falta calentar más. Las gotas deben saltar deslizándose por la superficie.
- Cuando alcances este efecto, apaga la cocina y añade aceite generosamente con rociador.
- Retira y espera a que se enfríe.
- Cuando esté del todo fría, vuelve a ponerla en la cocina a fuego bajo hasta que se caliente.
- Rocía un poco más de aceite y evita que se caliente demasiado.
- Ahora podrás preparar tu comida sin preocuparte de que se pegue a la sartén.
La curación rápida lleva menos tiempo y es ideal si quieres preparar huevos estrellados, crepes, tortillas, etc., ya que ayuda a reforzar la antiadherencia. También es muy útil si quieres preparar alimentos a la plancha sin ensuciar mucho la sartén.
Por otra parte, si la sartén tiene revestimiento antiadherente, como teflón, titanio, mármol, cerámica, el proceso para curarlas cambia un poco…
Cómo curar una sartén antiadherente ¿Algo especial?
Las sartenes antiadherentes son un utensilio culinario bastante útil para preparar muchas recetas diferentes. Las hay de aluminio y acero, con revestimientos especiales que evitan que la comida se pegue a la superficie, como sartenes con teflón, titanio, cerámica, mármol, etc.
Aunque se parecen, no todas son iguales. Algunas tienen más peso y otras tienen cierta resistencia. No obstante, la mayoría requiere de cuidados bastante específicos para preservar lo más posible su revestimiento.
Es importante tener esto en cuenta, ya que la curación hará que podamos extender su vida útil.
- Para curar la sartén, tienes que limpiarla muy bien antes de su primer uso, con mucha agua y jabón neutro. Evita jabones y esponjas demasiado agresivas.
- Seca con un paño suave.
- Ahora, vierte una cantidad generosa de aceite, masajea toda la superficie con ayuda de una servilleta de cocina. También puedes usar una brocha.
- Lleva la sartén a la cocina y ponla a fuego bajo-medio, vigila en todo momento.
- El aceite empezará a consumirse de forma lenta. Es normal que se genere un poco de humo, así que te aconsejamos que abras puertas y ventanas.
- Cuando se haya consumido todo el aceite, apaga la cocina.
- Ahora, deja que se enfríe y quita el exceso de aceite que haya quedado con una servilleta.
- Lava el aceite con agua tibia y sin ninguna clase de jabón o esponja. Es importante que en este punto la sartén esté bien fría.
- Repite el proceso dos veces más cuando la sartén esté seca.
Por ejemplo, puedes realizar este proceso para curar una sartén de aluminio o con teflón.
La curación de estas sartenes es mucho más rápida y tienes que estar atento para que no se queme la superficie. Además, puedes repetir el proceso 1 o 2 veces al mes para conservar la antiadherencia.
También recuerda que una sartén antiadherente puede sufrir daños por métodos incorrectos de limpieza que ningún proceso de curación va a reparar. Son muy delicadas y tienes que tratarlas con mucho cuidado.
Si tienes una sartén de este tipo y su revestimiento parece dañado, se levanta y se pega la comida, tendrás que comprar una nueva. De lo contrario, va a impregnar tu comida de los compuestos químicos del material.
Más trucos para cuidar y mantener una sartén
Aunque la curación ayuda a mantener la calidad de una sartén, te recordamos que el factor uso y limpieza son determinantes en su vida útil. De nada servirá que cures una sartén de manera frecuente si descuidas su uso, sobre todo si son sartenes con revestimientos.
Por suerte, aquí podrás conocer algunos consejos prácticos para cuidar y mantener todo tipo de sartenes a diario:
- Evita sobrecalentar tus sartenes. Es un grave error precalentarlos a altas temperaturas, sobre todo si son antiadherentes.
- Ten cuidado al guardarlas. Las superficies son delicadas y pueden rayarse al rozar con otros utensilios de cocina que tengas. Puedes separarlas con paños de cocina.
- ¡Cuidado con el lavavajillas! Algunas sartenes son aptas para limpiarse en lavavajillas, pero este es un método de lavado drástico que las dañará con el tiempo. Deja este lavado para casos excepcionales.
- Nunca las lleves directamente al fregadero si están calientes. Los metales son delicados ante los cambios de temperatura y pueden deformarse muy rápido, sobre todo los revestimientos. Espera a que se enfríe.
- Las esponjas duras y jabones fuertes las dañan. Muchas veces, las sartenes de revestimiento antiadherente o las de acero inoxidable, pueden limpiarse con solo una servilleta. Si las tienes que lavar, usa solo agua y jabón suave. En el caso de las de hierro fundido, evita el jabón. En esta guía, te explicamos cómo limpiar una sartén.
- Los utensilios metálicos, espátulas o cucharas rayan la superficie y afectan la antiadherencia. En el caso de las de revestimiento, las echará a perder más rápido de lo que te imaginas.
- No guardes comida en tus sartenes. Un error frecuente es usar las sartenes para guardar comida para más tarde. Para eso existen los tuppers.
También puedes usar otros trucos para conservar y mejorar la antiadherencia. Con un ingrediente tan simple como la sal puedes hacerlo. Esto es posible con sartenes de hierro o antiadherentes:
- Lava la sartén con mucha agua y seca con un paño de cocina. Retira todo resto de pelusa o suciedad.
- Llévala a la cocina a fuego medio.
- Cuando esté muy caliente, vierte bastante sal, preferiblemente gruesa. Puedes usar una cucharada en sartenes pequeñas, 3 en una mediana y 5 en las más grandes.
- Remueve muy bien la sal por toda la superficie.
- Espera de 8 a 10 minutos mientras la sal empieza a quemarse. Podrás notar que toma un color oscuro o amarillento.
- Después, tira la sal y limpia la sartén con un paño de cocina.
- Espera a que se enfríe y guarda la sartén como de costumbre.
Para algunos, este proceso es una forma de curación, pero más suave que los que emplean aceite. Puedes hacerlo de vez en cuando como un cuidado complementario.
Cómo hacer para que una sartén no se pegue
Es posible evitar que se peguen los alimentos en la mayoría de las ocasiones. Para ello, combina una buena curación, un uso prudente y una limpieza cuidadosa:
- Cura la sartén apenas la compres. Si no es nueva, aun puedes hacerlo si la superficie está en buen estado.
- No coloques comida sobre la sartén si no la has precalentado.
- Deja que los alimentos se descongelen de forma natural antes de ponerlos en la sartén.
- Usa las cantidades adecuadas según el tamaño de la sartén. Muchas personas cometen el error de cocinar poca comida en sartenes grandes y/o mucha comida en sartenes pequeñas. Lo más recomendable es que compres sets de sartenes de diferentes tamaños.
- Usa suficiente aceite. Hay ciertas recetas o comidas que necesitan más aceite para que no se peguen a la sartén. Recuerda que en el mercado puedes encontrar aceites saludables.
- Aunque la curación es algo que se hace cuando la sartén es nueva, también podrás realizarla de forma esporádica para reforzar el efecto. Recuerda que la antiadherencia es una característica que tienes que cuidar siempre.
- Evita usar jabones en las sartenes de hierro fundido. Su textura porosa puede absorber el jabón y después contaminar la comida. También tienes que secarlas muy bien para evitar la oxidación. Tanto el jabón como el óxido harán que las comidas se peguen más fácilmente. Si ya es tarde, aprende cómo limpiar una sartén quemada.
Con todas estas recomendaciones podrás curar una sartén de manera rápida y sencilla y tener una sartén que no se pega. Recuerda seguir los pasos al pie de la letra y considerar todos los consejos de uso y limpieza. Solo así conseguirás que tus sartenes estén contigo el máximo tiempo posible.
Muchas gracias por tan importante y necesaria información.