La curación es un tratamiento que se hace cuando la sartén es nueva, aunque también puede hacerse con algo de uso. Este proceso nos ayuda a mejorar la resistencia y la antiadherencia de la sartén.
Con una curación, evitas que la comida se pegue y haces que sea más sencillo cocinar, sin importar que la sartén sea de hierro o hierro fundido. Es bastante sencillo de realizar. Sin embargo, debido a las características del hierro, tienes que repetirlo con cierta frecuencia para que perdure el efecto.
Este tipo de sartenes son muy conocidas por su resistencia y la capacidad de reforzar la antiadherencia con el tiempo y el buen uso. No obstante, cuando las curas, ayudas a que el proceso sea mucho más rápido y efectivo. Además, evitarás posibles quemaduras y limpiezas agresivas de un material resistente, pero que también sufre el paso del tiempo.
Aquí conocerás cómo curar una sartén de hierro para alargar su vida útil y evitar que la comida se pegue.
Cómo curar una sartén de hierro
Las sartenes de hierro, conocidas como sartenes moldeadas o de hierro mineral, están fabricadas con láminas de acero.
Son lisas, aptas para todo tipo de cocina, un poco más ligeras que las de hierro fundido y grandes aliadas en la cocina. No obstante, necesitan mucho más cuidado debido a que son más delicadas. Por eso, es muy importante curarlas.
Algunas marcas de este tipo de sartenes incluyen un tratamiento con cera de abeja para curarlas antes de su primer uso. Sin embargo, si compras una sin tratamiento o no es muy nueva, también puedes curarla fácilmente. Para curar una sartén de hierro mineral tienes que:
- Lavar la sartén con agua y jabón neutro.
- Seca con un paño suave y llévala a la cocina a temperatura media-alta. Asegúrate que está limpia por completo.
- Cuando empiece a calentarse, vierte una cantidad generosa de aceite (preferiblemente de oliva). La idea es cubrir el interior de la sartén al menos hasta la mitad. Si tu sartén es de bordes muy bajos bastará un con una cantidad que cubra apenas el fondo.
- Espera a que caliente muy bien, cuando empiece a humear un poco. Abre las ventanas para ventilar.
- En este punto, baja el calor al mínimo o apaga de inmediato si ves que se quema demasiado el aceite.
- Después de 10 minutos, apaga la cocina.
- Deja que el aceite se enfríe en la sartén.
- Una vez frío, quita el aceite suavemente con una cuchara de madera seca.
- Vuelve a encender la cocina a fuego alto para repetir el proceso 2 o 3 veces.
- Para terminar, reserva el aceite y quita todo el excedente con una servilleta de cocina.
Este proceso dejará la sartén con una ligera capa de aceite quemado. Lucirá un poco más oscura, pero te ayudará a que no se peguen los alimentos. Es importante que no uses jabones después del curado, ya que esto afectará la antiadherencia que has logrado.
Es cuestión de tiempo que tu sartén de hierro mineral refuerce esta capacidad. No obstante, es necesario que les des el uso apropiado y la limpies de manera correcta. Más abajo encontrarás unos consejos muy prácticos para cuidar y mantener tus sartenes de hierro mineral.
Ahora pasemos a hablar más sobre otras sartenes de hierro, pero esta vez de hierro fundido y cómo curarlas fácilmente…
Cómo curar una sartén de hierro fundido
La sartén de hierro fundido se lleva todos los créditos a la hora de hablar de resistencia. Son negras, de superficie porosa y son muy funcionales, aunque tienen mayor peso. Pueden durar varios años en tu cocina si les das los cuidados adecuados.
Es siempre aconsejable curar una sartén de hierro fundido desde antes del primer uso. No obstante, puedes curar las que tengas en casa, siempre y cuando no estén oxidadas. Si lo están, también hay trucos para recuperarlas en la medida de lo posible. Un poco más abajo te explicamos cómo se quita el óxido de las sartenes.
Volviendo a la cuestión, para curarlas sigue estos sencillos pasos:
- Vierte aceite sobre la sartén y distribuye con una servilleta hasta cubrir toda la superficie, los bordes y el mango. Debe quedar bien empapada de aceite. Los bordes externos y el mango también son importantes ya que sobre estos caen salpicaduras durante la preparación de la comida.
- Enciende el horno a temperatura media y mete la sartén.
- Deja de 30 a 40 minutos para que el aceite se empiece a absorber por la superficie porosa de la sartén.
- Una vez transcurrido el tiempo, apaga el horno y espera a que se enfríe por completo. Si notas demasiado humo, sácalo del horno. También necesitarás ventilar la cocina.
- Cuando la sartén esté fría, verás que tiene una capa fina de aceite. Quita el exceso con una servilleta.
- Repite el proceso una vez más.
- En el caso que no tengas horno, puedes hacerlo en la cocina, cubre la superficie interna y los bordes con aceite y ponlo a calor bajo. Una vez se absorba el aceite, retira del calor y repite 3 o 4 veces el proceso. Ten cuidado con el humo.
- Para finalizar, limpia los restos de aceite y guarda la sartén cuando se enfríe por completo.
Este proceso de curación es ideal para crear un efecto antiadherente. Este te ayudará a cocinar sin que se pegue la comida y a conservar mejor el estado general de la sartén. No obstante, tendrás que repetir este proceso de manera frecuente, para mantener y aumentar el efecto.
Recuerda que el proceso de curación depende del material de tu sartén. Si buscas una guía más general, te recomendamos que visites nuestro tutorial sobre cómo curar una sartén. Además, tenemos consejos concretos sobre cómo curar una sartén de acero inoxidable.
Qué más hacer para que no se pegue
Hay ciertos trucos básicos que puedes emplear a diario para evitar que se peguen tus sartenes de hierro. Aplícalos en cada uso:
- Al cocinar, la sartén tiene que estar bien caliente, pero no sobrecalentada. Aunque son productos para cocinar, evita exponerlas al calor excesivo. Además, estas sartenes conservan y distribuyen muy bien el calor.
- Procura descongelar la comida de manera natural antes de prepararla.
- Usa la cantidad adecuada de aceite según la receta que prepares. Recuerda que su antiadherencia está lejos de ser la del teflón.
- Usa las cantidades adecuadas de comida según el tamaño de la sartén. Preparar grandes cantidades en sartenes pequeñas y/o poca en sartenes de mayor tamaño hará que se peguen los alimentos. Puedes encontrar sets de diferentes tamaños en el mercado, que también te permitirán ahorrar en la compra.
- Olvida lavar la sartén con jabón. Las sartenes absorben las partículas de jabón que después pueden contaminar tu comida. Afecta la antiadherencia e incluso el sabor, sobre todo las de hierro fundido.
- Si la sartén se ha quemado o has tenido que despegarle comida usando jabón, es aconsejable que la vuelvas a curar antes de usarla. Recuerda que la antiadherencia se gana con el tiempo, pero también se puede perder.
También puedes usar un curado rápido para antes de cada uso, tanto para las de hierro fundido como mineral:
- Lava con agua la sartén y sécala muy bien con un paño suave.
- Ponla en la cocina a fuego alto.
- Cuando esté bien caliente, cubre de aceite con una servilleta de cocina.
- Baja la temperatura y deja que se consuma por completo.
- Retira del calor y deja que se enfríe.
- Luego, pon otra capa de aceite con la servilleta antes de cocinar.
De esta manera, podrás usarla cada día sin que tus alimentos se peguen a la superficie. Será un una de tus mejores sartenes que no se pegan nunca.
Qué hacer para que no se oxide
Uno de los problemas recurrentes en este tipo de sartenes es que son propensas al óxido. Esto ocurre por factores de uso y cuidado. Saltarte el proceso de curado o hacerlo mal, guardarla cuando aún está mojada o con alimentos, es lo que ocasiona que se oxiden con el tiempo.
El óxido es una capa rojiza que puede aparecer en la superficie, los bordes, el mango y la base de la sartén. La capa aumenta con el tiempo y es peligroso que los alimentos entren en contacto con esta. La mejor forma de evitarlo es seguir consejos básicos de limpieza:
- Cura tu sartén de manera periódica. Sigue los consejos que te hemos explicado.
- En muchas ocasiones, no será necesario lavarlas en el fregadero. Siempre que puedas la limpias con una servilleta de cocina.
- Es imprescindible que las guardes bien secas.
- Procura usar jabones suaves y en poca cantidad.
- Evita que los alimentos se peguen en la sartén. Si se ha pegado la comida, retirala bien.
- Guarda tus sartenes en lugares secos y ventilados.
Tienes un tutorial más extenso en nuestra guía de cómo limpiar sartén.
Afortunadamente, estos daños por oxidación son reversibles en la mayoría de los casos. De hecho, deshacernos del óxido y salvar la sartén alargará su vida útil, en comparación a sartenes de otros materiales.
¿Cómo se quita el óxido de las sartenes?
Las sartenes se oxidan poco a poco. Por eso, lo ideal es intervenir en cuanto notes un color rojizo en cualquier parte de la sartén o el olor metálico-ácido característico del óxido.
Lo cierto es que muchas personas esperan a que la sartén tenga óxido adherido para decidirse a limpiarlas. Asegúrate de seguir estos pasos al pie de la letra:
- Para empezar, asegúrate de que la sartén no tenga hoyos demasiado profundos. Si es así, olvídate de ella. Los hoyos provocados por el óxido deben ser pequeños. Por eso, es importante limpiarla sin esperar.
- Si la sartén es apta, llénala por completo con vinagre y deja reposar durante varias horas según el nivel de óxido que tenga la sartén:
- Si es muy poco bastará con una hora.
- Si es un nivel medio 3 horas.
- Si está muy perjudicada puedes dejarla hasta 4 horas.
Es importante que respetes el tiempo necesario. Recuerda que el vinagre dejará de actuar sobre el óxido y empezará a afectar el material de la sartén.
- Luego, con ayuda de un estropajo metálico, un poco de jabón suave y mucha paciencia frota la superficie. En algunos casos, incluso puedes usar un taladro con esponja para remover mejor el óxido.
- Verás como se desprende por completo. Algunas veces será más fácil que otras. Todo depende de cómo de adherido esté el óxido a la superficie de la sartén.
- Al terminar, lava con mucha agua, seca muy bien y cubre con una capa de aceite con ayuda de una servilleta de cocina.
- Es necesario realizar un proceso de curación antes de volver a utilizarla.
El proceso es el mismo cuando el óxido cubre partes externas como bordes, mango y base. Solo tienes que buscar un recipiente bien grande para cubrir la sartén por completo con el vinagre.
¿Cómo usar por primera vez un sartén de hierro?
Tanto si eres experto o novato en la cocina, usar una sartén nueva te permite cocinar con tranquilidad. Sin embargo, es necesario que tengas en cuenta la curación que ya has aprendido.
Para realizarla, lava la sartén muy bien y sigue todos los pasos aprendidos. Además, controla muy bien la temperatura y la cocción para evitar que los alimentos se peguen. Al terminar de cocinar, tienes que limpiarla con cuidado y guardarla en un lugar libre de humedad.
Recuerda que el primer proceso de curación no es definitivo y tienes que repetirlo para que la sartén se adapte. A medida que la uses verás que su antiadherencia aumenta.
Consejos a la hora de cocinar
Estas sartenes son muy versátiles, ya que te permitirán preparar gran cantidad de alimentos. De hecho, podrás conseguirlas en sets de diferentes tamaños que te ayudarán en cualquier tipo de recetas, para freír, saltear o cocinar a la plancha.
Para mejorar su uso, pon en práctica estos pequeños consejos:
- Usar temperatura baja o media. Sobrecalentarlas es poco conveniente.
- Aprovecha su capacidad de retener el calor para apagar el fuego antes de tiempo.
- Es importante usar tamaños apropiados de sartén según la fuente de calor.
- Es mejor prescindir de los alimentos ácidos, ya que el material es muy sensible a las sustancias que desprenden estos ingredientes. De hecho, la comida puede terminar con un sabor metálico. Usa otro tipo de sartenes.
- Mientras más alimentos fritos hagas, más se cura la sartén.
Más consejos para cuidar y mantener una sartén de hierro
Cómo ves, el mantenimiento general es cuestión de cuidado. Aunque sean muy resistentes, es importante que las uses, limpies y guardes con delicadeza. Así, lograrás que te acompañen muchos años.
Ten cuidado con el lavavajillas. No importa si en la etiqueta dice que la sartén es apta para lavavajillas. Recuerda que este método resulta demasiado agresivo con la textura de todas las sartenes. Si lo vas a usar, procura que sea en casos de emergencia y ten en cuenta que necesitará un curado antes de su próximo uso.
Por último, recuerda usar solo agua para su limpieza. Los jabones, esponjas y fricciones afectan la antiadherencia que logra con el uso. Por último, guárdalas en lugares donde las puedas proteger de la humedad.
Con todas estas recomendaciones respecto a la curación de las sartenes de hierro y su conservación general podrás alargar la vida de estos utensilios.